miércoles, 11 de noviembre de 2015

¡Ring riing!! Eeeemmm... ¿Está Irina?

¡RING RIIIING!!!

-"¿Diga?

-Eeemmm... Perdón, creo que me he equivocado. Estoy buscando a Irina, una chica rusa que hace masajes eróticos.

-Joer, pues siento decirle que estas paredes no han visto masajes eróticos desde que Franco era cabo...

-Ah.. Jjja... eemm... Disculpe".

Conversaciones como esta se han repetido telefónicamente en mi domicilio no menos de 15 veces durante la última semana. Se ve que una web ha publicado erróneamente el teléfono de la tal Irina y ha dado mi teléfono fijo. Tiene narices que buscando masajes eróticos llamen justamente aquí porque he visto conventos con más vida sexual que esta casa.


                                                        Eeeemmm... ¿Irina?



Dos conclusiones a bote pronto: 1) Hay que ir con cuidado cuando se da un anuncio con teléfono en prensa y 2) Vista la afluencia de clientela, si se lo propusiera, Irina en un par de semanas podría reflotar Nueva Rumasa.

Las primeras llamadas hacen gracia por la confusión pero a partir del cuarto día ya te aburres. El esquema de conversación suele seguir una fórmula como esta: 

A) Descuelgue original de teléfono “¿Sí?” 

 B) Pregunta sorprendida del interlocutor “Eeeemmmm... ¿Está Irina?” (No sé por qué pero casi siempre se da el “Eeeemmmm” inicial. Adviértase que el “Eeeemmm” puede interpretarse como “Me hago el interesante” o como “Creo que la estoy cagando un poco”) 

C) Le respondemos negativamente y a veces nos intentamos hacer los graciositos sin conseguirlo con bromas que pretenden ser amables como “No, Irina debe estar con Cristiano”, “No está, pero cuando la encuentre preséntemela” o “¡A la mierda Irina y usted!”.


                                                          ¡BASTAAAAAAAAAA!!!!!!!!

La verdad es que el teléfono fijo está más obsoleto que una gala de José Luis Moreno. Los fijos (hablemos de teléfonos o de contratos) son un vestigio del siglo XX. Sólo sirven para este tipo de confusiones y para mantener entrañables tradiciones como la de colgar a los de Jazztel cuando te llaman, como llevan haciéndome diariamente a las 20h durante los últimos 3 años.


He intentado darme de baja de la línea de teléfono manteniendo la conexión de internet, pero resulta que renunciar a un servicio te sale más caro que mantenerlo (esto es para meditarlo también, tiene coña) así que la única solución es contactar con la tal Irina y avisarle de que modifique el anuncio. Estoy en ello. Puede ser el fin del problema y el inicio de una gran amistad.

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